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lunes, 13 de julio de 2015

La homosexualidad en la historia


El mundo de hoy está siendo asediado con una intensa propaganda que a cualquiera hace pensar que la homosexualidad es una condición generalizada y a veces aparenta ser mayoritaria en muchos sectores.  Decenas de personalidades del mundo del arte, espectáculo, deportes, política, etc. constantemente están “saliendo del clóset” y la agenda política mundial luce estar más preocupada por legalizar los matrimonios homosexuales que por erradicar las guerras, la pobreza, la contaminación y el hambre.

Y no es que estemos en contra de otorgarles derechos a la comunidad LGBT, que por supuesto los tienen; pero tienen estos derechos no por ser homosexuales, sino porque son seres humanos como todos los demás.

Bodas entre personas del mismo género

Ser homosexual no es malo ni condenable, como tampoco es bueno ni debe ser objeto de promoción ni alabanza.  Es una condición humana, incluso, una condición presente en todo el mundo animal.  Y como condición biológica está presente en un ínfimo porcentaje de los especímenes.  Sin embargo, le estamos dando una importancia y una promoción en los medios tal que cualquiera creería que en pocos años nadie se podrá destacar en ninguna rama del saber o del arte si no se une a esta “moda” de ser gay.

Pero son fuegos fatuos, modas efímeras por la que cíclicamente la historia humana ha transcurrido a través del tiempo.  Decimos efímero porque por más publicidad mediática pro gay, no se puede esconder el hecho de que biológicamente esa cultura (o forma de vida como se promueve) no es sostenible (no se pueden reproducir de manera natural y los homosexuales de nacimiento representan menos del 1%), y la única vía que le queda para mantener vigencia es a través de mecanismos sociales y mediáticos.  Por ejemplo, han logrado que varios países desarrollados (como Canadá) aprueben las relaciones homosexuales consentidas entre adultos y niños hasta los 12 años. Eso es inadmisible.

Nuestra sociedad puede, y debe, proteger sus derechos:  A unirse legalmente si así lo desean, a elegir y ser elegidos, a recibir un trato igualitario en el trabajo, escuela, comunidad, etc.  Lo que no debe ser tolerado es que se les permita traumatizar a niños o niñas mediante la violación, consentida o no, o mediante el adoctrinamiento. No podemos dar la espalda al hecho de que una gran proporción de los que hoy se declaran como gays o lesbianas confiesan que fueron violados cuando niños o se vieron forzados a prostituirse por conveniencia económica o social.  Igual debemos tener cuidado con el hecho de que se ha demostrado que existe una relación estrecha entre homosexualidad y pederastia. En el año 2001 fue publicado un trabajo de la Dra. Judith Reisman, realizado en Estados Unidos en 1992, que estableció que, mientras solo 0.09 chicas menores de edad fueron abusadas sexualmente por cada hombre heterosexual, el estudio revela que de 3 a 4 chicos menores de edad fueron abusados sexualmente en promedio por cada hombre homosexual. Su estudio fue respaldado por diversos trabajos posteriores de otros investigadores donde se revela que, a pesar de que los homosexuales a nivel mundial representan del 2% al 3% de la población mundial, son los responsables del 33% al 60% de los casos de pederastia.

En otro orden, como veremos en este artículo, la homosexualidad ha estado presente a través de la historia, incluso como condición ha disfrutado de épocas de abierta tolerancia alternadas por épocas de férrea persecución y castigo.  También, comentaremos los casos de mentes brillantes que se han destacado en diversas ramas a pesar de ser homosexuales públicamente o no.

La homosexualidad en la Antigüedad y Edad Media

Joven griego tocando para un comensal en un banquete

La civilización griega era particularmente permisiva con la homosexualidad. Por ejemplo, en su mitología, encontramos múltiples pasajes como el rapto de Zeus al príncipe troyano Ganímedes cuya belleza no le pasó inadvertida; la relación entre Himeneo y Cupido; entre Apolo y Jacinto; entre Hércules y su sobrino Yolao; entre Aquiles y su amado Patroclo; etc.  Pero también hubo personajes históricos griegos de quienes está bien documentada su homosexualidad, como el caso de Alejandro Magno y su relación con Hefestion.  El término pederastia era el que los griegos utilizaban para definir la relación (completamente normal en aquel contexto) entre un hombre mayor y un adolescente, donde el primero se comprometía a formarlo académica y moralmente y el segundo ofrecía favores sexuales.  En las obras de Platón abundan las referencias a este tipo de relaciones. Otro caso muy famoso es el de la poetisa Safo, quien escribió prolíficamente sobre relaciones entre mujeres.  Como era oriunda de la isla de Lesbos, quedó perpetuada la palabra “lésbica” para definir este tipo de relaciones.

Busto de Heliogábalo, el emperador que se creía mujer

En la civilización romana las cosas no eran muy diferentes, aunque la sociedad no era tan abiertamente tolerante a la homosexualidad como los griegos. Aun siendo la práctica homosexual socialmente objetada, y hasta prohibida, entre ciudadanos romanos, era completamente aceptada entre un ciudadano romano y su esclavo, que era considerado un objeto animado.  Sin embargo, algunos personajes históricos sí sostuvieron relaciones abiertamente homosexuales, como el caso del emperador Nerón con un esclavo llamado Esporo, a quien ordenó castrar para poder casarse con él.  También se conoce el caso de Antinoo, amante del emperador Adriano; y el caso del emperador Heliogábalo que vestía ropa de mujer, porque en el fondo estaba convencido de que eso era él, y personalmente seleccionaba a su guardia imperial según las dotes viriles de los soldados.

Imagen egipcia de Nianjjnum y Jnumhotep

De la civilización egipcia no quedaron muchas evidencias sobre el tratamiento que esa cultura le daba a la homosexualidad, aunque si se han encontrado algunos elementos que permiten determinar que el fenómeno era conocido.  Tal es el caso de la mastaba (templo funerario) descubierta en 1964 en Saqqara, donde se hace mención de la relación sentimental que aparentemente existía entre Nianjjnum y Jnumhotep, ambos funcionarios reales.

Medalla alemana del siglo XVIII sobre la amistad de David y Jonatán

En la cultura judaica hay varias referencias bíblicas que dejan entrever que existieron relaciones entre personas del mismo sexo.  Es el caso del gran amor que se profesaban David y Jonatán en su juventud (Samuel 2, versículos 1-26); las confesiones de Daniel sobre sus relaciones con el jefe de eunucos del palacio de Nabucodonosor; o la declaración de Ruth a Noemí (Ruth 1, versículos del 1 al 17).  También en el nuevo testamento relata el caso del centurión romano que tiene un amante masculino y le pide a Jesús que lo cure (Mateo 8, versículos 1-5); y la propia controversial referencia, que sigue siendo debatida hoy, de que el apóstol Juan era el “amado” por Jesús.

Imagen de San Agustín
Santa Wilfrida, la monja barbuda
















En la Edad Media, a pesar del oscurantismo impuesto por la Iglesia Católica de entonces, donde la sodomía era un pecado capital, existen varios casos de homosexualidad documentada.  Tal es el caso de San Agustín, que en sus Confesiones, relata cómo se entregó al desenfreno homosexual en Cártago; el emperador bizantino Basilio I quien aparentemente llegó a casarse con un joven noble, José de Patrás; Santa Wilfrida, que era una princesa portuguesa a quien sus padres querían obligar a casarse con un hombre que ella no quería, y le rezó a Dios para que le quitara todos sus atributos femeninos, tras lo cual le creció barba y terminó encerrada en un calabozo; igual que San Onofre, que había nacido niña originalmente y que por las mismas razones imploró a los cielos por su transformación en hombre; el Rey Eduardo II de Inglaterra que tuvo varios amantes públicamente: Hugo Le Despenser el Joven y Piers Gaveston, lo cual ocasionó la ira de la nobleza con la consecuente rebelión y asesinato del rey y sus amantes; y el caso del Papa Paulo II, famoso por su homosexualidad, y quien murió mientras estaba en la cama con uno de sus pajes.

Mentes brillantes de la Era Moderna y Contemporánea que fueron homosexuales

Leonardo da Vinci, una de las mentes mas brillantes de la historia

Uno de los casos más conocidos desde principios de la Era Moderna es el de Leonardo da Vinci, quien por la amplitud de temas que dominaba (anatomista, pintor, escultor, arquitecto, botánico, científico, escritor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista), llegó a ser el símbolo del humanismo renacentista, pero a quien nunca se le conoció pareja femenina, y sí relaciones muy íntimas con varios de sus alumnos, especialmente Francesco Melzi.

Miguel Angel

En esa misma época y ciudad, su principal rival en el arte, Miguel Angel, era un afamado pintor y escultor florentino, recordado siempre por ser el autor de los frescos de la Capilla Sixtina y la escultura de David.  También era un poeta que acostumbraba dedicarles sonetos a jóvenes apuestos.  El amor de su vida, Tommaso de Cavallieri, lo fue durante 32 años, hasta el momento de su muerte.

Nicolás Maquiavelo

En el mismo siglo XVI tenemos a Nicolás Maquiavelo, el gran político y escritor florentino, autor del El Príncipe, quien toda su vida ocultó su homosexualidad, fruto de la violación que sufrió desde los 12 hasta los 14 años por parte de un sacerdote que estaba a cargo de instruirlo.

Sir Francis Bacon

Está el caso de Francis Bacon, el escritor y político inglés que desarrolló el método científico, que si bien es cierto llegó a casarse después de los 45 años por compromiso, mantuvo oculta siempre sus inclinaciones por el mismo sexo y llegó a sostener relaciones íntimas con varios personajes conocidos de la época, incluyendo al escritor Christopher Marlow.

Sir Isaac Newton

También tenemos a otro célebre inglés, Isaac Newton, matemático y físico, quien descubrió la Ley de la Gravedad, y quien nunca se casó. Intensas cartas de amor intercambiadas con su amigo Horatio Fatio de Duillier explican su carácter tan reservado y solitario.

Piotr Ilich Tchaikovsky

Otro caso bien conocido es el del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, uno de los más grandes compositores musicales de todos los tiempos, autor del Lago de los Cisnes, el Ballet Cascanueces y el Concierto No.1 para Piano,  cuya homosexualidad era pública y el principal motivo de sus depresiones que finalmente le llevaron al suicidio.

Oscar Wilde

Tenemos también a Oscar Wilde, el insigne escritor inglés, quien en plena era victoriana tuvo que luchar contracorriente por sus tendencias homosexuales, fue el autor de obras maestras como El Retrato de Dorian Gray y La Importancia de Llamarse Ernesto.

Frida Kahlo junto a su esposo, Diego Rivera

En pleno siglo XX, se destaca a Frida Kahlo, la pintora y poetisa mexicana, quien estuvo casada con el muralista Diego Rivera, y cuya poco convencional vida pública y privada la llevó a tener relaciones lésbicas con varias mujeres, entre ellas la cantante Chavela Vargas.

Este es un brevísimo resumen de mentes preclaras y brillantes que durante toda la historia han contribuido enormemente al acervo científico y cultural de la humanidad, sin importar que su orientación sexual no era heterosexual.

Está claro que la inteligencia y el talento son virtudes inherentes a la especie humana, independientemente de la preferencia sexual de los individuos.  Ser homosexual no garantiza un desempeño extraordinario en ninguna rama del arte o ciencia, pero el no serlo tampoco.  Los derechos de los gays y lesbianas son inherentes a su condición de seres humanos y no a ninguna otra.

Pero estas conquistas que la modernidad les otorga, a su vez no les da derecho a imponer una agenda homosexual, por encima de las demás agendas, donde se envíen diplomáticos a realizar lobby pro-homosexual a otros países de diferente idiosincrasia, donde los medios de comunicación, la industria del cine y del entretenimiento se han convertido en escaparates de la cultura gay, dejando de lado la promoción de valores que tanta falta le hace a la sociedad de hoy, llena de desigualdad, violencia, hedonismo, egoísmo e injusticia.

En un estado de derecho, libertad e igualdad, hay espacio para todos, tanto para la regla como para la excepción. Lo anormal e improcedente es tratar de imponer la excepción por encima de la regla.



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